La cultura toraja sigue siendo el principal motivo por el que se visita Sulawesi. Y aunque es cierto que es tremendamente particular e interesante, también es verdad que lo que los visitantes vemos allí, es un pálido reflejo de lo que fue un sistema cultural completo: la alukta.
En este artículo os quiero comentar un poco en qué consistía, para que entendáis mejor la idiosincrasia del sorprendente Tana Toraja. Y para que no os engañen en webs de turismo, donde presentan a los torajas como una especia de "isla" anclada en el tiempo; muchas cosas han cambiado en sólo 40 años.
Quizás no en apariencia, pero sí en el alma de su cultura. Y ese alma es lo que diferencia una cultura étnica, de unas tradiciones folklóricas.
La cultura #toraja sigue siendo el principal motivo por el que se visita #Sulawesi
¿Se ha conservado la cultura toraja?
Pues si hablamos de la antigua cultura tradicional, desgraciadamente la respuesta es no. Se han conservado celebraciones y creencias muy arraigadas, las construcciones tradicionales, cantes y bailes... Algunos mayores incluso visten de manera cotidiana el sarong y la lengua propia se habla ampliamente en el territorio.
Sí hay una cultura toraja actual, cristianizada y en peligro de desarraigo a causa de la emigración. Pero se trata más bien de un conjunto amplio y complejo de tradiciones conservadas, no de un sistema completo.
El núcleo de creencias que daba sentido a todas esas tradiciones, la religión a la que ellos llamaban "alukta", se ha perdido.
Lo que el cristianismo se llevó...
Actualmente la inmensa mayoría de torajas son cristianos protestantes, quitando algunos musulmanes. Los misioneros protestantes se encargaron de demonizar algunas de las ceremonias más significativas, y cristianizaron el sentido de aquellas (como el culto a los muertos y los antepasados) que no han logrado erradicar... por ahora.
Tana Toraja se había visto libre de la presión colonial holandesa, centrada en las costas, por su ubicación en las montañas. Pero con la ocupación militar a principios del S.XX, la labor misionera aumentó y de forma vertiginosa, consiguió borrar en sólo 50 años la religión nativa.
Los antropólogos constataron la desaparición del último sacerdote de clase alta, en los años 70 del S. XX. Y no dejó ningún sucesor instruido que transmitiera las creencias, ritos, ceremonias y mitologías propias.
La alukta era una religión sin textos sagrados escritos, se transmitía completamente de forma oral generación tras generación. Por lo que la desaparición de estos sacerdotes, únicos autorizados a conocer y realizar los más importantes ritos, condenó a esta cultura a la desaparición.
¿Qué era la alukta?
Literalmente significa "nuestro camino", en el sentido de nuestra manera. Actualmente ha dejado de ser una forma cultural completa para reducirse más a un código ético y de creencias a seguir para ser un toraja apropiado.
Cuando era una religión, era un culto sin templos de tipo mixto: tenía dioses propios como Luang Matua, el Dios Supremo, y sacerdotes; pero también tenía creencias animistas y chamanes.
Resumiendo muchísimo y enfocando los aspectos que la hicieron chocar más de frente con el cristianismo, podemos destacar 4 puntos.
- El culto a los espíritus.
- El sistema de castas.
- Los sacrificios y ofrendas.
- Los trances.

Una imagen vale más que mil palabras. Toraja con una camiseta con una cruz en una ceremonia de funeral.
1. El culto a los espíritus.
En el cristianismo todo lo existente, sea visible o invisible (como especifica el Credo católico), es creación directa de su dios. No existen espíritus, entes ni fuerzas animadas en la naturaleza.
Y por lo que respecta a los humanos sus espíritus, llamados alma, van tras la muerte a la presencia divina si han sido buenos cristianos. En este estado espiritual viven a la espera de un Juicio Final, donde ya en cuerpo y alma, cada uno será juzgado definitivamente. La sentencia obtenida los conducirá a un mundo de tormento eterno (el Infierno), o de dicha eterna en el Cielo o Paraíso.
Para la cultura toraja es muy diferente. Su religión no estaba encaminada a pasar a otro mundo, todo lo contrario. Las ceremonias y ritos iban encaminadas a hacer permanecer al difunto en este mundo; con otra realidad, de otra manera, pero continuando aquí.
Los antepasados y difuntos son presencias vivas y reales, y por eso los lugares de enterramiento pueden considerarse como una aldea de los muertos: viven literalmente allí, y aunque el cuerpo esté descompuesto permanecen los espíritus.
2. El sistema de castas.
El cristianismo como religión no distingue clases sociales. Esclavo o libre, noble o plebeyo, son distinciones de la sociedad humana. Su dios juzga a todos por igual independientemente de su origen y clase social, con la única defensa de sus hechos en la vida.
En la alukta sí había una estratificación social por castas inamovibles, que en muchos aspectos parece que permanece. No todas las castas podían hacer las mismas ceremonias ni de la misma manera, y los sacerdotes tenían acceso a mayores y más complejos conocimientos dependiendo de su clase.
Esta negación cristiana de las castas que por ejemplo reniega (al menos en teoría) de la esclavitud, choca de raiz con la alukta toraja. Y no es un choque a tomar a la ligera...
Recordemos que en los primeros tiempos del cristianismo, esta afirmación de que "todos son iguales a los ojos de dios", creó serios problemas con el Imperio Romano y fue el motivo de las persecuciones. Un Imperio basado en la elitización del poder y económicamente sustentado por una inmensa cantidad de mano de obra esclava, acabó cayendo en buena medida por el triunfo de esa nueva religión que condenaba esa realidad.
Y en la cultura toraja ésto también tiene sus consecuencias, pues muchas familias se saltan su lugar como "casta", especialmente las emigrantes; celebrando por ejemplo funerales durante más días y con más sacrificios de los que les corresponde como clase. Otro pilar que es horadado.
3. Los sacrificios y ofrendas.
Los cristianos abolieron los sacrificios de sus prácticas, a pesar de que el judaísmo, la religión de la que proceden, sí los realizaba en tiempos de Jesús.
La cultura toraja celebraba y sigue celebrándolos, aunque actualmente se ha perdido el sentido de ofrenda, que era lo más conflictivo. Los sacrificios han quedado como parte integrante de ceremonias, como una tradición con sentido práctico: la carne sirve para dar de comer a los asistentes.
Pero en la alukta lo importante era el significado; el verdadero propósito era el ofrecimiento de vidas mediante la sangre, como forma de pago o agradecimiento a los dioses y espíritus.
4. Los trances.
El cristianismo tiende a ver estos estados alterados de conciencia más como posesiones, o sea, cuando un demonio se introduce en un cuerpo humano. Aunque en determinadas ramas como el catolicismo, se contempla el "éxtasis místico", lo cierto es que estas experiencias siempre han estado bajo sospecha.
Para la alukta, los trances eran una de las formas más elevadas de comunicación con los dioses; quizás la mayor, en el mismo sentido que los griegos contemplaban el "entusiasmo", esto es, estar literalmente poseído por Zeus.
Por este motivo los trances estaban reservados a muy determinadas ceremonias, que fueron ferozmente atacadas y combatidas por los protestantes como satánicas. Obviamente, no se han conservado.
¿Qué ceremonias se han conservado?
La cultura toraja agrupaba sus ritos en dos grupos, las Ceremonias de Oriente y las de Occidente. Pero no deben entenderse estos términos en sentido geográfico, sino seguir su etimología y simbolismo. Vamos a explicarlo:
- Occidente viene del latín y significa el que aparece o nace. Por lo tanto Ceremonias de Oriente debe interpretarse como ceremonias de nacimiento, de comienzo, de construcción, de vida. Se realizaban por lo tanto al amanecer o en la mañana (comienzo del día), e incluía los ritos para fiestas, agricultura, salud, celebraciones de la vida (nacimientos, bodas, primeros dientes, etc), construcciones e inauguraciones de casa, etc.
- Oriente (del latín caer, y por extensión morir, matar). Ceremonias de muerte, finalización, despedida, destrucción. Incluía los ritos funerarios y de culto a los ancestros.
De las Ceremonias de Oriente sólo se ha conservado el rito de reconstrucción de una casa, llamado Mangrana banua. En las fiestas, bodas, etc se han conservado canciones y bailes, pero obviamente las ceremonias son protestantes. Los grandes ritos de fertilidad, tan complejos que necesitaban la involucración de la comunidad entera, fueron observados por última vez en las décadas de los 70 y 80 del S.XX.
Las de Occidente sí se han conservado en sus formas, pero como hemos visto no en su significado. Se hace o se intenta hacer lo mismo que en el pasado, dependiendo del dinero y la casta, siguiendo una tradición que hace aguas en sus cimientos. Los sacerdotes son protestantes, y los difuntos se espera que vayan al cielo. Qué sentido tiene ahora cuidar y tratar como vivo a un cadaver, endeudarse durante generaciones para pagar la carísima ceremonia, si su espíritu no va a permanecer en el mundo.
Espero que este artículo os sirva para entender mejor lo que encontraréis allí, si os decidís a visitar esta maravillosa zona de Sulawesi. Si os llama hacer un viaje podéis leer Impresiones del País de los Toraja. Y si os interesa más la antropología, hay muchísimos estudios sobre esta zona, algunos de los cuales podéis encontrarlos en la web (en inglés, eso si).
Gracias por pararos a leer esta información sobre la cultura toraja.
Deja un comentario