Tierra roja y pizarras. La Laguna de Río Seco, la mayor porque hay otra más pequeña, sobrevive a la sequía creando una mancha de verdor entre el paisaje marciano de Sierra Nevada en verano.
A medio camino entre El Veleta y el Mulhacén, esta mancha de agua verdosa, como todas las lagunas nevadenses, se encuentra a 3.040 metros de altitud; en un circo hermano del contiguo de la Caldera, ya en las faldas del pico más alto de la Península.
Los alrededores son de especial belleza y conviene coger algo de altura para poder ver uno de los hitos del montañismo en la Sierra.
- Los Raspones, el secreto tras la Laguna de Río Seco.
Por encima de la laguna vemos una cresta rocosa que al subir hasta los 3.200 mts. se revela como la espalda de un dragón. Una formación de más de 1 km de extensión y unos 80 metros de verticalidad, un auténtico filo de navaja.
Como tal, sólo es apto a escaladores experimentados en escalada clásica. La estrechez de la cuerda de los crestones y los picos escamosos hacen que se tenga que bajar y subir continuamente; ayudándose con las cuerdas, a veces andando, gateando, rapelando.... o abriendo vías.
Sierra Nevada esconde muchos secretos en sus cumbres; hay quienes la menosprecian porque no es tan extensa como Pirineos o tan alta como los Alpes. Pero siendo sólo una sierra, no sólo es una auténtica rareza valiosísima geológica y botánica. Es un lugar muy completo con lugares de gran dificultad técnica para el senderismo, alpinismo, escalada y barranquismo.
Pero para ver estas maravillas no hace falta ser un titán. Tan sólo andar y subir a las cumbres de Sierra Nevada. Para admirarse con vistas como la de la Laguna de Río Seco.
¿La conocéis?
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