[vc_row][vc_column][vc_single_image image=»2730″ img_size=»full» add_caption=»yes» alignment=»center» onclick=»link_image»][vc_separator color=»green»][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column][vc_column_text]Primavera en Sierra Nevada supongo que es un título que invita a pensar en una vista impresionante, de esas que pueden encontrarse en alta montaña. Y sin embargo os traigo unas pequeñas flores, nada más.
Y es que esta fotografía que hice en el entorno de Los Cahorros en Monachil, me había pasado desapercibida. Precisamente buscando algo con lo que impresionaros. Y ver de repente estas campanillas (no se qué especie son, la verdad), me dio que pensar.
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La importancia de las pequeñas cosas.
Muchas veces, especialmente hoy en día con tantísimos blogueros y viajeros, parece que sólo lo espectacularmente asombroso tiene cabida. Viajar cuanto más lejos mejor, buscar lo más exótico y poco conocido…
Y sin embargo a veces, para ver algo realmente hermoso, no tenemos más que mirar al suelo, en nuestro paisaje, en casa. Unas pequeñas flores que casi ni habrías mirado, que podrías haber pisado al caminar sin darte siquiera cuenta. Pero con sólo cambiar el punto de vista y prestar atención, ahí están. Bellísimas y sencillas, sin nada más.
No hay grandes cielos ni cumbres, no hay paisajes infinitos. Sólo unas pequeñas flores rojas. Y se bastan por ellas solas para reflejar toda la belleza que puede tener la primavera en Sierra Nevada. Donde hay tantísima variedad de flora y tantos endemismos.
Seguramente deberíamos hacer un esfuerzo, sería un buen ejercicio. Salir al campo a caminar y contemplar lo pequeño, ir atento al camino. Seguramente que nos llevaremos muchísimas sorpresas, como estas flores medio perdidas de la primavera en Sierra Nevada.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row]
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